Cooperativismo y perspectiva de género

El derecho al trabajo digno es universal e indivisible, por lo tanto, comprende de igualdad laboral y no discriminación, por lo que converge con los valores y principios cooperativistas. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 18 que, el sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir. La incursión del cooperativismo en centros penitenciarios, cárceles y otros lugares en donde hay personas privadas de su libertad por la ejecución de un delito o la infracción a la ley, es una herramienta novedosa que pretende brindar herramientas útiles de capacitación productiva a personas próximas a iniciar su proceso de reinserción a la sociedad. A través de capacitaciones, talleres y pláticas, así como de organización para el trabajo, se ayuda a estas personas a generar sus propios ingresos mientras permanezcan recluidos. En diversas partes de México, se trabaja con proyectos de capacitación que incluyen módulos de formación para emprendedores y cooperativistas, como una invitación para ser parte del sector social de la economía, gestionando sus propias iniciativas. La propuesta para la formación de cooperativas en las cárceles se constituye como una alternativa para brindar una segunda oportunidad de trabajo a las personas, como una fuente digna y honrada de ingresos, y también, como una forma de organización social que refuerza el tejido social y permite erradicar las disonancias sociales y desigualdades económicas, contribuyendo al objetivo de evitar que las personas vuelvan a delinquir. A través del seguimiento, se puede asesorar a las personas en materia legal, administrativa y de proceso productivo, para generar diversas actividades productivas como artesanías, oficios y cualquier rubro de trabajo. Las iniciativas de las personas que buscan la reinserción social, son respuesta a las necesidades de igualdad de oportunidades, dignidad humana y laboral, y fortalecen las habilidades y destrezas para evitar la reincidencia y contribuir al bienestar de todas y todos. Catálogo de Productos de Sueños Artesanos

En el caso de Puebla existen experiencias de gran valor, en las que mujeres cooperativistas han generado estrategias para enfrentar las diversas violencias que se ejercen contra ellas. Uno de estos casos es el de la cooperativa Masehual Siuamej Mosenyolchicauani, cuyas socias decidieron organizarse tras identificar violencias por parte de los compañeros cooperativistas. Tal como lo relatan en su libro “Hilando nuestras historias. El camino recorrido hacia una vida digna” en las asambleas no escuchaban sus propuestas, su participación era poco valorada y, quienes dirigían y controlaban los proyectos en la cooperativa eran en su mayoría hombres.

Esto llevó a las mujeres a tomar la decisión de separarse de la cooperativa en la que estaban “participando” y así conformar la propia. Los procesos reflexivos de los que parten estas mujeres, permiten que se conciba una manera diferente y necesaria de vivir el cooperativismo. Por lo tanto, es importante poder formar cooperativas partiendo del reconocimiento de la diversidad de voces, personas, condiciones sociales y sobre todo de la participación de mujeres.

En este sentido, debe reconocerse la pluralidad entre mujeres y hombres, y reconocer su participación en las cooperativas desde una perspectiva interseccional e inclusiva.

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Referencias:

Masehual Siuamej Mosenyolchicauani. (2016). Hilando nuestras historias. El camino recorrido hacia una vida digna. México.

Videos complementarios:

Puebla cooperativa