Cooperativismo y perspectiva de género

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Lunes, 11 Abril 2022 19:45

Mujeres cooperativistas de Pascual

Lunes, 11 Abril 2022 19:45

Mujeres llanteras en TRADOC

Mediante el desarrollo de proyectos productivos del sector social de la economía, se consolidan mecanismos para la participación de las mujeres en las economías locales, estatales y nacionales. El papel de la mujer es sumamente importante en la toma de decisiones y la generación de riqueza y solidez financiera en las cooperativas, y también para el bienestar común. El cooperativismo debe entenderse como un movimiento económico e ideológico basado en principios y valores que promueven la equidad y la justicia social, mismos que se reflejan en el quehacer y procesos productivos de las organizaciones sociales que se constituyen legalmente como sociedades cooperativas. Sin embargo, no están exentas de desigualdades entre hombres y mujeres, por lo que se debe trabajar en generar mecanismos que reduzcan las brechas salariales y ocupacionales (cargos o comisiones dentro de las cooperativas). Lo anterior, cobra sentido entre las constantes acciones realizadas principalmente por mujeres dentro de las sociedades cooperativas, en las que se ha alzado la voz y se ha exigido que todas las voces sean escuchadas, por ello, pensar el cooperativismo, el trabajo de las sociedades cooperativas y el quehacer cotidiano desde una perspectiva de género permite visibilizar las desigualdades y trabajar en ello para erradicarlas. Es importante retomar las experiencias de las y los cooperativistas desde la perspectiva de género, para lograr una mejor comprensión de cómo el cooperativismo puede integrar las diferencias de género, económicas, relaciones étnicas entre otras.
El Gobierno del Estado promueve acciones para mejorar las condiciones de trabajo para aquellas personas con barreras para acceder a un empleo formal, sin importar su edad. Frente a la crisis económica derivada de la pandemia por la COVID-19, las Sociedades Cooperativas se consolidan como una alternativa económica para la población en general, sobre todo para las nuevas generaciones de jóvenes, pero también para adultos mayores (en situación de retiro o con intención de seguir trabajando) que buscan cubrir sus necesidades económicas, de educación, justicia, economía, democracia y participación política. Si bien, los jóvenes siempre han participado de alguna u otra manera en las Sociedades Cooperativas, lo hacían desde posiciones subordinadas, mientras que, en la actualidad, su participación es clave para organizar y crear nuevas Sociedades Cooperativas, según sus propias necesidades y de acuerdo con los cambios socioeconómicos locales, regionales y mundiales. Asimismo, no debe olvidarse que las generaciones pasadas de cooperativistas contribuyeron a crear las condiciones actuales del cooperativismo, cuyos aciertos y errores forman parte de su propia historia. En este sentido, las Sociedades Cooperativas continúan siendo para las personas adultas mayores (cooperativistas o no) un espacio viable para su propia continuidad vital y el ejercicio de sus derechos de participación económica, política y cultural en la sociedad. La participación de personas jóvenes y adultas mayores en las Sociedades Cooperativas y en el cooperativismo, así como las diferentes formas como se interrelacionan, no es sólo un asunto de relevo generacional, sino de un intercambio de conocimientos y experiencias entre generaciones para corregir su futuro. El programa de vinculación laboral “Jóvenes construyendo el futuro” ha sido una plataforma más para la participación y presencia de las Sociedades Cooperativas en la vida social y económica del país, ya que su participación en dicho programa como organizaciones sociales “Tutoras”, posibilita fortalecer los hábitos laborales y competencias técnicas de los jóvenes, desde los principios de solidaridad, esfuerzo propio y ayuda mutua, principios propios del cooperativismo. En el contexto actual, las Sociedades Cooperativas cobran mayor importancia para todas las generaciones de personas, cooperativistas o no, que se quedaron sin empleo por las dinámicas coyunturales actuales (la crisis económica a causa del COVID-19, por ejemplo), pero también para la población en general que ha identificado en el cooperativismo una opción para emplearse, producir, consumir y satisfacer sus propias necesidades con base en la solidaridad y en el bien común. Apoyo Jóvenes Jóvenes Construyendo el Futuro Juventudes y Economía Social Casos de éxito de Juventudes en las Cooperativas Jóvenes en el Cooperativismo y la Agenda 2030
Viernes, 08 Abril 2022 21:10

¿Qué es el cooperativismo?

El cooperativismo es una alternativa económica encaminada a la dignificación de empleos y al fortalecimiento de actividades productivas que parten de la organización social. Se basa en valores de colaboración, solidaridad y respeto a la autonomía de las comunidades. En su faceta productiva, toma en cuenta las necesidades y vocaciones de las comunidades y regiones a las que pertenece el grupo de enfoque interesado en la realización de los proyectos, y vierte sus esfuerzos hacia la generación de nodos colaborativos que permitan el acceso a servicios, bienes y/o productos que faciliten sus procesos, creando redes o circuitos solidarios.
El Gobierno del Estado de Puebla fomenta la organización social y la economía solidaria como mecanismos para la generación de trabajos dignos para las y los poblanos. El objetivo de impulsar al cooperativismo en el estado, es desarrollar capacidades y medios para la inclusión productiva y financiera, como alternativa para la formalización del trabajo justo, autogestivo y sostenible.
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En el caso de Puebla existen experiencias de gran valor, en las que mujeres cooperativistas han generado estrategias para enfrentar las diversas violencias que se ejercen contra ellas. Uno de estos casos es el de la cooperativa Masehual Siuamej Mosenyolchicauani, cuyas socias decidieron organizarse tras identificar violencias por parte de los compañeros cooperativistas. Tal como lo relatan en su libro “Hilando nuestras historias. El camino recorrido hacia una vida digna” en las asambleas no escuchaban sus propuestas, su participación era poco valorada y, quienes dirigían y controlaban los proyectos en la cooperativa eran en su mayoría hombres.

Esto llevó a las mujeres a tomar la decisión de separarse de la cooperativa en la que estaban “participando” y así conformar la propia. Los procesos reflexivos de los que parten estas mujeres, permiten que se conciba una manera diferente y necesaria de vivir el cooperativismo. Por lo tanto, es importante poder formar cooperativas partiendo del reconocimiento de la diversidad de voces, personas, condiciones sociales y sobre todo de la participación de mujeres.

En este sentido, debe reconocerse la pluralidad entre mujeres y hombres, y reconocer su participación en las cooperativas desde una perspectiva interseccional e inclusiva.

En el caso de Puebla existen experiencias | Cooperativismo y perspectiva de género

Referencias:

Masehual Siuamej Mosenyolchicauani. (2016). Hilando nuestras historias. El camino recorrido hacia una vida digna. México.

Videos complementarios:

Puebla cooperativa